sábado, 28 de junio de 2014

Verde

Verde, verdecito, verdoso, pero nunca verdugo. Debes ser  lo primero que ví, aún antes, mucho antes de entenderte. No me acuerdo cuando fue nuestro primer encuentro. Alguna antigua foto evidencia algún contacto... nada formal, posamos para la cámara, flash y hasta luego, si te he visto no me acuerdo. Después el tiempo pasó, Ay! Cómo pasa el tiempo…

¿Pero quién puede oponerse a lo que es? ¿Por cuánto tiempo? Exactamente el tiempo que tarde en encontrarse. Nos encontramos subiendo la cuesta como afina Serrat. Sentados en ronda como indica la tradición te conocí. No como aquella primera vez, no como aquella incrédula foto, si no que nos encontramos desnudos de corazas, sabiendo que era nuestro momento. Vos no eras ni una sombra de lo que ahora sos -¿Y yo cuánto tendré de aquello?  me pregunto en este momento- pero que lindo era olerte, sentirte, descubrirte. Como olvidar ese momento si sabía que éramos indivisibles por más divididos que hayamos estado. Con la pereza del inmortal –aquella que describió justamente el inmortal de Jorge Luis- nos codeamos las almas, se olieron, se sintieron, se descubrieron como nosotros y se hallaron nunca tarde.
No iba a dejar que me atrapes, nunca supe mostrar mi debilidad, mis necesidades, no iba a dejar bajo ningún punto de vista que… y me encontré ya atrapado, débil y necesitado de vos tanto que me asusta.

Mate (Según la RAE):
(Del quechua mati, calabacita).
m. Infusión de yerba mate que por lo común se toma sola y ocasionalmente acompañada con yerbas medicinales o aromáticas. 

Cuanta definición que no te conoce, que no te sabe ni te seba pero te describe. Imagino la situación de los gallegos con saco y corbata, en su oficina en el piso 11º de la céntrica avenida de Madrid poniéndote letras que de describan. Infusión… cuanta solemnidad, cuanta formalidad, cuantos zapatos ajustados a vos que sos pibe descalzo, con las rodillas sucias del último tropezón sobre la tierra, con los pantalones cortos y las remeras largas – que fueron tuyas cuando fueron cortas  para tu hermano-. A vos que estás en esos lugares que sus palabras son incapaces de definir, en el calor de esas mañanas de frio, antes del almuerzo, después, con la alegría de los inocentes y la esperanza de los pobres. De los pobres que te matean tal como debe ser, con la frente alta y el alma plantada sobre la moral.


Mate, querido mate, compañero mate, que te inflas con el agua humeante y sos un atentado a tanto escepticismo en el mundo…