La felicidad no se nota, uno se da cuenta de que fue feliz, justo en el momento de que deja de serlo. ¿No tendría que dar un aviso la felicidad de que esta dentro de nosotros para que podamos poner especial esmero en vivir eso momentos y poder disfrutarlos al máximo? La respuesta es no. Si ese estado de algarabía del espíritu, en donde uno se siente ciertamente inmortal, estuviese indicado por un mensaje, uno, en vez de querer disfrutar al máximo ese momento, trataría de alargarlo y de sacarle su carácter efímero. Como la persona que poseyendo el jardín más maravilloso del mundo perdiera su tiempo en protegerlo, en poner trampas y alambres de púa en vez de estar en el jardín reposando, tomando sol y viendo las hermosas flores que este posee.
Quizá la mejor forma de ganarle a ese carácter imperceptible de la felicidad sea viviendo como único cada momento, y pensar que este mismo momento uno esta siendo feliz. Busquemos tener momentos felices, por más que en el momento no los notemos, nos quedará el recuerdo, y eso ya es mucho.
lunes, 9 de junio de 2008
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