domingo, 22 de junio de 2008

"Cuando Me Llegue La Muerte, Debe Encontrarme Vivo..."

¿Por qué se le teme tanto a la muerte? ¿Por qué la gente piensa que morirse es lo peor que le puede pasar? Todos nos morimos, y sin embargo es catastrófico, y vivimos amargándonos por eso. Quizá la gente no pueda entender que solo estamos aquí un tiempo, y después nada ni nadie nos espera… De ahí probablemente sea que mucha gente cree en la otra vida, en el cielo y en el infierno. Pero no es en eso en lo que me voy a centrar esta vez, no faltará otra ocasión para adentrar en ese complejo tema.

Mi humilde reflexión sobre la muerte –temas amplios si los hay- surge porque el otro día, me puse a pensar un mundo en donde todos seamos inmortales, imagínense que por un momento, un ser celestial baja del cielo y nos dice: “He elegido a su generación como la generación perpetua, desde ahora y para siempre no habrá mas muertes”. ¡¡Que aterrador sería eso!! Imagínense un mundo en el que podamos dejar para mañana lo que tenemos que hacer hoy, llevaría al mas espantoso estado de vagancia, sabiendo que el tiempo le va a alcanzar para hacer todo, terminaríamos no haciendo nada.

La muerte, es lo que le da sentido a la vida, gracias a la muerte existe el amor, si no muriera gente, la reproducción estaría de mas. La muerte es eso que nos hace levantarnos todos los días, sabiendo que no va a haber otro día igual a hoy y que de ninguna forma vamos a poder recuperar el tiempo perdido.

En este momento se me viene a la mente la labor de los buscadores del Elixir de la inmortalidad. Quizá lo mejor de esa tarea sea la aventura de buscar y no el placer de encontrar. No me imagino la vida de esas personas después de haber encontrado el Elixir.

No tratemos de evitar la muerte, primero porque es imposible, y segundo porque no es recomendable. La única forma de ganarle a la muerte, es viviendo la vida.

sábado, 21 de junio de 2008

Dia de la Bandera

Un regalito por el Día de la Bandera...

La canción está cantada por Juan Carlos Baglietto.

Disfrutenla.

viernes, 20 de junio de 2008

Cacerola de Teflón (Ignacio Copani)




No te oí... En los días del silencio atronador.
No te oí junto a las madres del dolor,
no sonaste ni de lejos, por loschicos,
por los viejos olvidados.

No te oí... Puede ser que ya no estoy oyendo bien,
pero al borde de las rutas de Neuquén,
no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro.
Y entre nuestros cantos desaparecidos
yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente,
que resiste comprender que hay tanta gente
que en sus pobres recipientes sólo guarda una ilusión.

Cacerola de teflón, volvé al estante,
que la calle es de las ollas militantes,
con valiente aroma de olla popular.

Cacerola de teflón, a los bazares
o a sonar con los tambores militares
como tantas veces te escuché sonar.

No te oí... cuando el ruido de las fábricas paró,
cuando abril su mar de lágrimas llenó.
No te oí con los parientes del diciembre adolescente, asfixiado.

No te oí. Puede ser que mis oídos oigan mal,
pero no escuché en la exposición rural,
reclamar por el jornal de los peones yerbateros,
por la rentabilidad de los obreros,
por el tiempo venidero, porque venga para todos.

No te oí ni te oiré porque no hay modo
de juntar tu avaro codo con mi abierto corazón.

Cacerola de teflón, volvé al estante
de los muebles de las casas elegantes
que las cocineras te van a extrañar.

Cacerola de teflón, a los bazares
o a sonar en los conciertos liberales
como tantas veces te escuché sonar.

No te oí en el puente de Kosteki y Santillán
No te oí por el ingenio en Tucumán.
No te oí en los desalojos ni en los barrios inundados de este lado.

No te oí, en la esquina de Rosario que estalló
Cuando el ángel de la bici se calló
y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida.

Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo
por un joven sin trabajo, a la deriva.
Debe ser que desde arriba,
desde los pisos más altos
no se ve nunca el espanto y las heridas.

Cacerola de teflón, volvé al estante.
Yo me quedo en una marcha de estudiantes
donde vos nunca supiste resonar.

Cacerola de teflón, a los bazares
o a llenarte de los más ricos manjares
que en la calle no se suelen encontrar.

Cacerola de teflón, andá a c... ocinar.

miércoles, 11 de junio de 2008

PERSPECTIVA DANTESCA DEL AMOR

Les dejo un texto muy breve que representa muy bien la perspectiva de el poeta Dante Alighieri sobre el amor.


"Las mujeres y los hombres vivimos en todos los planos de nuestra vida, buscando aquello que no tenemos, desde un pedazo de tierra ajeno hasta los ojos de esa morocha que no se digna siquiera a mirarnos. Cuanto mas inalcanzable es nuestro objetivo más nos atrae y cuanto más fácil se nos presenta el desafío menos nos motiva. Las mujeres mueren por dominar ese hombre que parece no importarle nada, sueñan con tenerlo a sus pies y cuando lo consiguen, luego de un tiempo en el cual disfrutan de su presa, se aburren y salen en busca de otro. Pues lo mismo, querido amigo, sucede con nosotros los hombres. Pero no todas son malas noticias, ese momento, en el cual dominas o sos dominado, es cuando se vive el más fuerte y verdadero fuego del amor. Pero tampoco te ilusiones, ese momento culmine del amor –como todo en la vida- no dura para siempre, y es totalmente efímero.”

Mi Religión







Los simpsons!
De las pocas cosas de la tele que da gusto ver. Con un humor exquisito se han ganado un lugar en mi corazón, como en el de tantos otros.
Cuando uno llega del trabajo, cansado, se recuesta en el sofá, prende la televisión y no se encuentra más que noticieros reiterando las noticias de la mañana, programas sin sentido... No se desaliente, en algún canal estarán pasando algún capítulo -repetido, pero no importa- de Los Simpsons.
Verlo nos dará la misma sensación que ver una estrella fugaz en una noche oscura, nos gritarán en la cara que en esa caja boba todavía -y esperemos que por mucho tiempo más- hay algo que valga la pena de ser visto.
Una de las pocas -sino la única- cosas yankees que me gustan...

Desde aquí mi humildísimo homenaje, y brindemos porque tengamos Simpsons por mucho tiempo más

martes, 10 de junio de 2008

LA ANÉCDOTA DE BOHR

Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
«Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen: 'Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro'.
«El estudiante había respondido: 'lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio'.
«Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
«Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después aplique la formula altura = 0,5 A por T2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.
«Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
«Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contesto, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura.
«Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle:
«-Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo. En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar».
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.

lunes, 9 de junio de 2008

La Felicidad No Se Nota

La felicidad no se nota, uno se da cuenta de que fue feliz, justo en el momento de que deja de serlo. ¿No tendría que dar un aviso la felicidad de que esta dentro de nosotros para que podamos poner especial esmero en vivir eso momentos y poder disfrutarlos al máximo? La respuesta es no. Si ese estado de algarabía del espíritu, en donde uno se siente ciertamente inmortal, estuviese indicado por un mensaje, uno, en vez de querer disfrutar al máximo ese momento, trataría de alargarlo y de sacarle su carácter efímero. Como la persona que poseyendo el jardín más maravilloso del mundo perdiera su tiempo en protegerlo, en poner trampas y alambres de púa en vez de estar en el jardín reposando, tomando sol y viendo las hermosas flores que este posee.
Quizá la mejor forma de ganarle a ese carácter imperceptible de la felicidad sea viviendo como único cada momento, y pensar que este mismo momento uno esta siendo feliz. Busquemos tener momentos felices, por más que en el momento no los notemos, nos quedará el recuerdo, y eso ya es mucho.