lunes, 27 de julio de 2009

Confesiones de un ateo

Todos en un momento determinado de nuestras vidas empezamos a preguntarnos cosas, a cuestionarnos todas las verdades que nos impusieron como tales en nuestra infancia, queremos saber el porqué, de dónde surgió. Ya no nos conformamos con lo que nos delegaron nuestros padres y empezamos a buscar nuestras verdades, a formar nuestras ideas, empezamos a analizar las cosas, a sacar nuestras conclusiones, empezamos, por fin, a pensar por nosotros mismos. Ya no sólo heredamos las ideas sino que también somos nosotros capaces de crearlas. No son momentos fáciles, al contrario, estamos preocupados, no podemos concentrarnos prácticamente en ninguna otra cosa, nos hacen obsesivos por momentos. Quien quiera las cosas fáciles, que jamás se aventure a pensar. Son polos opuestos, pero que no se atraen en lo más mínimo.

En nuestra floreciente percepción de la realidad empezamos a darnos cuenta de la desgracia y la crueldad que exhibe el mundo. Sin pudor nos muestra su cara más atroz y a nosotros nos golpea en el alma. Por otro lado nos dicen que existe Dios, que él creó el mundo, que nos creó a nosotros, que es perfecto (lo único perfecto es él), que está en todos lados, que todo lo sabe, que todo lo ve, y que todo lo puede. Es en ese momento cuando nos ponemos alertas y cuando nos damos cuenta de la incompatibilidad de esas dos verdades. Es en ese preciso momento donde empezamos a dudar de Dios, cuando lo despojamos de su invulnerabilidad, y lo ponemos frente a la miseria del hombre, frente al niño desnutrido, y no escuchamos respuesta alguna. ¿Dónde está Dios nos preguntamos? Y el mundo se calla ante nosotros, desvía su mirada ignorándonos. Salimos en su búsqueda, ¿Cómo puede ser que no lo encontremos, si él está en todas partes? Caminamos incansablemente buscándolo, hasta en el rincón más inhóspito revisamos con esperanza. Pero la otra verdad siempre fue tan evidente (y tan triste) que yo no aguanté más.

¿Cómo puede ser que el día en que yo nací otros se morían de hambre? ¿Dónde estaba Dios cuando esos nenes se morían? ¿Qué estaba mirando? No... Dios no puede existir, ningún ser perfecto puede haber creado algo tan imperfecto. ¿Cómo puede ser que miles de personas tengan que andar descalzas para que algunos se puedan comprar una Ferrari? Si realmente Dios existe y creó todo esto, si hay alguien o algo en el universo capaz de cambiar las cosas y no hace nada, no sólo no es digno de mi adoración, sino que se gana el más profundo de mis odios. Hasta el hartazgo me preguntan: “¿Cómo no vas a creer en Dios vos, siendo que él te dio todas las posibilidades, una familia, una educación, y todo lo que una persona puede pedir?”, y siempre respondo lo mismo, que justamente por eso no creo, porque no puedo concebir la idea de que Dios me dio a mi algo que a otros les sacó. Es un error demasiado grande, y más aún para un ser perfecto.

Creer en Dios es un facilismo, es el consuelo que nos queda frente a la miseria que nos abruma. No querer ver lo trágico de la muerte de un niño desnutrido, y consolarnos queriendo creer que él se irá al cielo y que en la eternidad podrá tener la vida que siempre quiso es mentirse. Obvio que esto le dará cierta tranquilidad, una mayor estabilidad emocional, pero a un precio demasiado alto, y yo, de ninguna manera estoy dispuesto a pagarlo. Esa fe embaucadora, esa forma de dejar todo librado a las acciones de Dios es muy cómodo. ¿Qué puedo hacer yo, si Dios tiene la batuta del mundo? Y con esa pregunta se liberan de toda responsabilidad. Es ahí cuando algunos asumimos lo que otros no se animan a ver, y comprendemos que Dios no está, que Dios no ve. Y es ahí donde tratamos de asumir responsabilidades, donde no estamos ajenos a la miseria del mundo. Y ahora es todo más difícil, claro que sí. Ya no estamos guiados por Dios, ya no hace nada él por nosotros, sino que nosotros hacemos nuestro camino. Les aseguro que sentirse mínimamente culpable cuando muere un chico de hambre, asumir esa mínima responsabilidad, es difícil, es angustiante, el nudo en la garganta que se nos forma no se desanuda jamás. Buscar una solución para esto, buscar qué hacer, en qué contribuir para combatir eso, en qué podemos ayudar, no es fácil, les aseguro que no.

Quién tenga la posibilidad de creer en Dios que no la desaproveche, así vivirá tranquilo, despojado de toda responsabilidad, libre de toda culpa, los gritos de ayuda que se escuchan en la calle de ninguna manera son para él. Pero estamos los que no podemos ni queremos creer en Dios. Y vivimos intranquilos, nos sentimos responsables y hasta culpables, y los gritos de ayuda nos aturden de día y de noche. Hay algo dentro de nosotros que no nos permite otra cosa, y con eso tratamos de sobrevivir.

Cuando me preguntan en qué creo, respondo en el hombre. En el hombre común, que sólo puede estar en un solo lado a la vez, que no puede ver más que lo que sus ojos le muestran, pero que siente y que hace, que da batalla, que no se rinde, que asume su rol, que señala la injusticia y que la combate. En eso sí que creo, en la persona que vive al lado de tu casa, y en la que vive al lado de la mía. Seguro estoy que la única solución a esta miseria humana, está en la humanidad, en el hombre humanizado. Mi dirás que la sociedad está podrida, y quizás tengas razón, no lo sé, realmente no lo sé, pero no lo quiero creer, no lo voy a creer jamás. Necio me dirás y quizás de nuevo tengas razón, pero no me importa, no me doy por satisfecho creyendo en otra cosa. Es el camino más difícil, pero el único viable. Debemos unirnos, la humanidad entera todo lo puede lograr, pero lamentablemente, en ésta lucha estamos solos.

Para finalizar, cito al maestro Atahualpa Yupanqui: “No tengo cuentas con Dios, mis cuentas son con los hombres”

10 comentarios:

Clau dijo...

Empecé a leer lo que habías escrito en tu Blog, imaginándome un poco que me iba a encontrar con lo que leí, ya que a éste tema lo hemos conversado en otras oportunidades.
Sé cómo pensás y quiero que sepas que te respeto profundamente, aunque yo no comparta la idea de que Dios no exista.
Y quiero que sepas que en cuanto comencé a leer también comencé a llorar y te estoy escribiendo y se me siguen cayendo las lágrimas, porque me emociona profundamente tu sensibilidad y comparto además (espero que ésto ya lo sepas y siempre te quede muy claro) toda esa angustia, ese dolor, esa impotencia que uno siente al saber de cosas tan injustas que suceden como las que vos mencionas. Los niños que mueren de hambre, la violencia, la guerra, los gritos de la ciudad etc etc, etc. Y yo sigo llorando, porque yo creo en Dios, y yo no pierdo la fe de que eso cambie, y desde mi lugar, con mi pequeña semillita trato de sembrar la bondad, la gratitud, la nobleza, los valores y trato cada día de mi vida ser mejor.
También lloro porque te quiero. Y porque no quisiera que vos pienses que yo busco el "facilismo" como vos decís, quizá otras personas si lo hagan, pero no es mi caso.
Para mí no es nada fácil creer, no es fácil tener fé, no es fácil buscar el camino del bien, y mucho menos fácil sentir ésta impotencia del querer hacer y no poder.
Sé que estamos parados en distintas baldosas, pero no están lejos la una de la otra, creo más bien que estamos en la baldosa de al lado, que estamos con la misma esencia, los mismos valores y los mismos sentimientos. Solo que nuestras miradas no se han encontrado en un punto. Como tampoco nos pudimos encontrar en la misma hora y en el mismo tiempo en nuestras vidas.
Ojalá puedas entenderme. No pretendo que pensemos ni que seamos iguales, eso también haría perder todo el encanto!

La Gloriosa... dijo...

A mí me pasa bastante parecido, si no igual. Hace unos años creía mucho en Dios y todas "esas cosas" que se dicen de él. Después, con el tiempo, cometí la locura de empezar a pensar y mis creencias fueron completamente dejadas de lado. Ahora me pregunto cómo puede ser que yo haya podido pensar en que existía. La verdad que fue un tanto "fuerte", en términos de pensamiento, la transición del creer al no creer.
¿Impotencia frente a lo que pasa? Y si, por ahora es lo que único que puedo hacer...juego la carta y calladito...

Saludo.

Jorgue Daniel dijo...

A mi me parece que esta vida es solo un momento mas de nuestra larga experiencia existencial. Obviamente hay preguntas sin respuestas: Por qué hay gente que muere de hambre? Por qué existe el dolor y la enfermedad? Por qué existen las guerras? Por qué vamos envejeciendo? Por qué a el si y a mi no? Porqué soy feliz? Por qué no lo soy? Todo tiene un por qué? Por qué? No lo sé. Será que tendré que averiguarlo?
De algo estoy convencido y es que esta vida tiene una razón y que las cosas no ocurren por mera casualidad. Pero bueh, es un tema complicado y lo importante no es creer o no, es mucho mas importante predicar con el ejemplo pues muchas cosas de las que planteas, las podemos arreglar nosotros mismos.

descalza camina dijo...

Como vos, creo en el hombre. Sin embargo, no creo que quien crea en Dios lo haga por mero facilismo y por ello se despoje de responsabilidades para con la sociedad.
Creyendo o no creyendo en Dios, uno puede encontrar excusas para hacerse a un lado y cerrar los ojos frente a todo lo que pasa, dudo que la religión cambie las cosas.
Es más, mucha gente que no es creyente, siquiera siente un mínimo remordimiento. De ninguna manera pienso que la responsabilidad pasa por la religión o la falta de fe, sino en algo que va más allá de eso y que son los valores. Sí, esos con los que crecimos, que construimos y por los que peleamos todos los días.
Así como el ser ateo no garantiza un compromiso con la sociedad, tampoco el ser creyente implica la falta de la misma.
Por eso sostengo que la responsabilidad social viene desde otro lado y se construye desde la esencia de cada uno..

No sé si se entiende lo que quise decir, pero es algo así como que ninguna de las dos cosas son opuestas, digo, la responsabilidad social y la fe. Pueden o no ir de la mano, y eso depende exclusivamente de cada persona.

Beso va!

Fran dijo...

muy bueno el blog y la musica!.
Te agrego como favorito
abrazo

Anónimo dijo...

Hermano muy clara tu postura, algunos le dicen Dios, otros esperanza, otros Fe, otros Maradona..La cuestion es que me parece correcto creer en alguien, los amigos, la familia, en Vos!. Te dejo un abrazo, bien la chica del primer comentario!
Pancho

La Gloriosa... dijo...

Definitivamente creo que esto me dejó pensando "más de lo necesario", si bien la mayor parte de mi vida se basa en el pensar mismo. Hay otra cosa que quería agregar y de alguna manera está vinculada con ese "facilismo" que vos nombrás; algo que le saca al hombre todo el crédito a sus acciones y que es esa atribución que el creyente le da a "Dios" sobre sus buenos logros. Para ellos yo soy lo que soy porque "Dios" lo hizo así, porque "Dios" manejó los hilos en todo momento. ¿Y yo? No, hijo, yo no hice nada. Todo fue gracias a "Dios". Yo me esforcé, me maté para conseguir lo que quería, pero el triunfo se lo atribuyo a Él. No poder creerse capaz de ser el verdadero responsable de lo bueno de cada uno (y de lo malo también) es otro punto del tema que me indigna. ¡Ya está! Yo no voy a hacer nada, no me voy a esforzar, no voy a luchar por eso que quiero si de todas formas "Dios" me va a robar el crédito. Mis ideales ya no valen, mi esencia carece de valor; yo nunca voy a ser capaz de nada...

Un saludo!

Laura dijo...

vemos la injusticia y nos preguntamos si de verdad Dios existe, si existe por qué no hace nada, pues te hizo a ti, me hizo amí... qué harás tú ahora?...

Unknown dijo...

HOLA NICO,

ME ENCANTA COMO ESCRIBÍS, Y EN ESTE POST EN PARTICULAR TE PASASTE, EXCELENTE REALMENTE.
EN CUANTO A LA IDEA EN SÍ DEL TEXTO TE COMENTO QUE SIENTO MÁS AFINIDAD CON EL ATEÍSMO QUE CON CUALQUIER OTRA RELIGIÓN, SIN EMBARGO NO ME DEFINO COMO ATEA YA CREO QUE MÁS ALLÁ HAY ALGO, NO SE QUÉ PERO LO HAY, TAL VEZ SEA UN PENSAMIENTO MEDIOCRE QUE USE PARA CONVENCERME DE QUE NO HAY NADA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE, PORQUE LE TENGO MIEDO, PERO ES LO QUE HOY SIENTO.
TE FELICITO NUEVAMENTE POR LO QUE ESCRIBISTE,

BESOS

EMANUEL ROJAS dijo...

hola, bueno leyendo tu comentario, se te entiende bien, y creo que todos pasamos por esa experiencia. cuando me preguntan si dios existe, respondo que SI y digo que tambien existe Peter Pan...
creo que hay dos caminos o quiza mas para pensar, un amigo poeta estuidante de filo, siempre me cuenta de dios como aquel que se metio hasta en las leyes del mundo occidenta .. "NO MATARAS" ..
dios tiene su espacio desde una filosofia, desde un pensamiento y que es valido, ahora, es dios posmoderno, pragmatico, que te ayuda a sentirte bien, es mezcla de divinidad con marketing, a eso sumale, la poca capacidadd de cuestionarse tipica de esta epoca y bla bla bla.
yo soy profe de quimica, no por casualidad estudie y sigo estuidando ciencias. la ciencia tien lo suyo que decir, entender la mecanica cuantica, y los avances de la ciencia te va a ayudar mucho, hay cosas que vienen en forma de ecuacion pero hablando se puede entender mejor.
afortunado de encontrarte. saludos ¡